Como Dar Una Buena Impresión en Menos de 90 Segundos
Existen tres etapas a la hora de conectar con la gente: el encuentro, el establecimiento de una buena armonía y la comunicación. Estas tres partes se suceden rápidamente y tienden a solaparse y a mezclarse entre sí. Nuestro objetivo es que devengan lo más naturales, fluidas y fáciles posible, y sobre todo que sean agradables y gratificantes. Obviamente, empiezas el proceso conociendo a la gente. A veces se conoce a alguien por casualidad (una mujer en el tren que resulta que comparte tu pasión por las películas de Bogart), y en ocasiones porque así lo queremos (ese hombre que te ha presentado tu primo porque le encanta Shakespeare, los buenos vinos y los deportes de aventura, como a ti). Por eso te ofrecemos los mejores cursos para dar una buena impresion.
Si conocer a alguien significa el encuentro físico de dos o más personas, comunicar es lo que hacemos a partir del momento en el que somos completamente conscientes de la presencia de la otra persona. Y entre estos dos acontecimientos —el encuentro y la comunicación— se extiende el período de 90 segundos de establecimiento de buen entendimiento o de armonía que los enlaza.
El encuentro Si transmites la impresión adecuada durante los primeros tres o cuatro segundos de un nuevo encuentro, creas una percepción de que eres sincero, seguro y digno de confianza, y la oportunidad de ir más allá y crear una buena armonía se presenta por sí misma. El Saludo Llamamos «saludo» a los primeros segundos de contacto. Los saludos se subdividen en cinco partes: Ábrete - Mira - Sé radiante - ¡Hola! - Inclínate.
Estas cinco acciones constituyen un programa halagüeño para llevar a buen puerto un primer encuentro. Ábrete. La primera parte del saludo consiste en abrir tu actitud y tu cuerpo. Si lo haces como es debido, habrás decidido ya una actitud positiva adecuada para ti. Es el momento para sentirla y ser consciente de ella. Comprueba que tu lenguaje corporal es abierto, accesible. Si presentas la actitud adecuada, todo irá sobre ruedas.
Apunta tu corazón directamente a la persona P Como Caer Bien A Los Demás En Menos De 90 Segundos Nicholas Boothman 16 con la que te encuentras. No lo cubras con tus manos o tus brazos y, si es posible, desabrocha tu chaqueta o tu abrigo. Mira.
La segunda parte del saludo concierne a tu mirada. Sé el primero en el contacto visual. Mira a la persona directamente a los ojos. Deja que tus ojos reflejen tu actitud positiva. Nunca olvides lo siguiente: ¡el contacto visual es el contacto real. Acostúmbrate a mirar de verdad a los ojos de la gente.
Cuando mires la tele por La noche, observa el color de los ojos del máximo número de personas que puedas, y pronúnciate a ti mismo el nombre del color. Al día siguiente, haz lo mismo con cada persona que encuentres, mirándola directamente a los ojos. Sé radiante.
Esta parte está directamente vinculada con el contacto visual. ¡Sé radiante! Sé el primero en sonreír. Deja que tu sonrisa refleje tu actitud.
Ahora ya te has ganado la atención de la otra persona a través de tu lenguaje corporal, tu contacto visual y tu sonrisa radiante. En su subconsciente, esta persona está procesando la impresión de que eres alguien completamente sincero (y no que eres un loco burlón o majadero, como es posible que se te pase durante un instante por la cabeza).
¡Hola! Tanto si dices «¡Hola!», como «¡Buenos días!» o incluso «¿Qué hay?», dilo en un tono agradable y acto seguido preséntate por tu propio nombre («¡Hola, soy Naomi!»). Como en el caso de la sonrisa o del contacto visual, si el primero en identificarte. En este punto, y durante sólo unos pocos segundos, estás en disposición de reunir toneladas de información acerca de la persona a la que estás conociendo, información de la que puedes beneficiarte más tarde en la conversación. Toma la iniciativa.
Tiende tu mano a la otra persona, y si es conveniente, encuentra la manera de repetir dos o tres veces su nombre para grabarlo en tu memoria. No digas «Glenda, Glenda, Glenda, mucho gusto», sino más bien Ah, Glenda, encantado de conocerte, Glenda». Como verás en el capítulo 7, después puede venir tu «afirmación acerca de la ocasión o del lugar». Inclínate.
La parte final de la presentación es la «inclinación». Esta acción debe consistir en un movimiento casi imperceptible hacia delante, para indicar de manera muy sutil tu interés y franqueza mientras comienzas a «sincronizar» con la persona a la que acabas de conocer. El apretón de manos La gama de apretones de manos va desde el fuerte y resuelto estrechón que parece machacar los huesos hasta el más blando y fláccido. Ambos son memorables v, en algunos casos, ambos te ponen sobre aviso acerca de la persona en cuestión.
El apretón suele acompañarse con ciertas expectativas. Puede ser firme y respetuoso, como si sacudieras una campanita para llamar al servicio de habitaciones.
Desvíate de estas expectativas y la otra persona se las verá y se las depara encontrar sentido a lo que está pasando. Se produce una sensación sé que hay algo que no va, como si saliera agua caliente del grifo de agua fría. La mente detesta la confusión, y cuando se enfrenta a ella, el primer instinto el de retirarse.
El apretón con «manos libres» es un apretón sin la mano, y es un arma muy poderosa. Limítate a hacer todo lo que harías durante un apretón de manos normal, pero sin usar la mano. Apunta tu corazón hacia la otra persona y di «Hola».
Ilumina tus ojos y sonríe, y despide la misma energía especial que suele acompañar un estrechen de manos completo. A propósito, el apretón con «manos libres» funciona de maravilla cuando quieres establecer contacto con un grupo o una audiencia.
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